Un uruapense ilustre:
Manuel Ocaranza, pintor ilustre
A 124 años de su muerte, se desconoce el paradero de sus obras
Grecia Ponce
Sábado 3 de Junio de 2006 Imprimir
Se desconoce el paradero de la mayoría de las obras del pintor uruapense Manuel Ocaranza, lamentó el profesor Ignacio Ramírez Ramírez, orador oficial, durante la ceremonia que conmemoró el 124 aniversario de la muerte del artista que le enseñó a José Martí a amar a la Perla del Cupatitzio.
Además, Ramírez Ramírez reclamó que «Manuel Ocaranza debe ser para Uruapan más, mucho más que la sola mención en la historia; más que el nombre de una escuela y un pequeño busto».
Deploró también el orador que «sus restos descansan en una pobre tumba olvidada, que nadie visita, en el panteón municipal».
Y exhortó: «Autoridades, he ahí una importante tarea para reconocer la trayectoria de ilustres uruapenses».
Lo anterior, durante el homenaje que se le rindió al autor de La taza de café de Uruapan y El lirio roto, que se llevó cabo en la escuela Manuel Ocaranza, de la colonia Ramón Farías.
Durante este acto cívico se notó la ausencia del presidente municipal Marco Lagunas, a quien según se escuchó, «lo mandaron llamar de Morelia», a raíz del asesinato del jefe policiaco local, José Villa Villa, ocurrido la noche anterior.
De todas formas, en el presidium se encontraba en su representación el síndico municipal y los regidores, el tesorero y directores de área del Ayuntamiento, quienes no ocultaban la preocupación de sus rostros.
Antes de acudir a la mencionada escuela, los funcionarios acudieron al camposanto local para depositar una ofrenda en la tumba del pintor, que también destacó en la literatura y que en lugar de lápida muestra un obelisco de cantera con una paleta de colores tallada.
Ya durante la ceremonia, el orador Ignacio Ramírez, después de hacer un recuento de la trayectoria del artista, reclamó: «De sus obras se sabe. Algunas engalanan galerías de Bellas Artes; otras en el museo José Martí, de La Habana, Cuba».
Añadió que «otras más, en manos de particulares, pero de la mayor parte de ellas, se desconoce su paradero».
Retrato hecho por Manuel Ocaranza
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