EL
AGUACATE Y SUS DIVINAS PROPIEDADES
Por:
Raúl Estrada Zamora
Quien
haya degustado un plato hecho a base de aguacate, o conozca al menos unas
cuantas de las muchas propiedades nutritivas y medicinales de la plante
identificada con ese nombre, entenderá por qué los Aztecas la consideraron
divina y la consagraron a los Dioses denominada Ahuacatl, vocablo náhuatl que
significa testículos de árbol, a dicha especia vegetal se le atribuían,
incluso, poderes afrodisiacos y a tal punto se le tuvo por sagrada, que estaba
prohibido consumir sus frutos durante las celebraciones religiosas, para
guardar así la debida castidad. Los conquistadores españoles propagaron el
aguacate de México, hacia otros territorios americanos y zonas cálidas de la
península Ibérica como Málaga, Murcia, Valencia y Cataluña. Mediante el
emperador Maximiliano, también llegó a Roma, y hoy se encuentra extendido por
el mundo, pues crece tanto a nivel del mar como en parajes situados a 2500
metros de altitud. Historia a parte, lo cierto es que el fruto del aguacate
proporciona exquisitos platos, incluidos suculentos purés, rellenos, flanes,
batidos, helados y tentadoras ensaladas, salsas, sopas frías y possas. Rico en
fibras dietéticas, vitaminas, ácido fólico, potasio, otros minerales y grasas
no dañinas para el organismo humano, constituye un alimento altamente
nutritivo, que por ser muy grato al paladar, deviene guarnición predilecta del
cubano. Expertos en tecnologías y organización de la alimentación social y
especialistas en medicina natural y tradicional, afirman que recientes estudios
recomiendan comer aguacate para prevenir trastornos cardiovasculares, incluido
el infarto, igualmente el cáncer uterino y de pulmón, tumores en el colon y
otras graves enfermedades. Algunos investigadores reconocen el valor
antiparasitario del apetitoso fruto y recetan el aceite de sus semillas para
impedir la caída del pelo y aliviar la gota y el reumatismo. Se dice que la
infusión de las hojas baja la fiebre, cura los cólicos intestinales y calma la
migraña. La maravillosa planta proporciona, además diversas sustancias
empleadas con excelentes resultados en la cosmetología, sobre todo para el
tratamiento de la piel y el cabello, y colorantes destinados a pulir muebles y
teñir telas y cueros. Por si fuera poco, el árbol sagrado de los Aztecas brinda
sombra a los animales y al hombre y como se mantiene siempre verde, embellece
el paisaje
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