Me gusta ver las bancas de la Plaza de Ario de Rayón cubiertas por los cuerpos de los "viejos" del pueblo; y digo viejos para hacer énfasis en las personas con más experiencia que ninguna otra, lo digo con respeto y admiración.
Se ven sus cuerpos cansados, siempre observando la metamorfosis que tiene el Pueblo. Todos con sus sombreros y cabellos blancos. Cada uno con su historia en los pliegues de sus arrugas. Nadie cuenta mejores historias que ellos, nadie conoce las raíces del pueblo de una manera pura y adentrada.
Cuando la tarde llega éstos cuerpos la acompañan.
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