miércoles, 15 de febrero de 2012

Y los campos se pintan, como acuarelas nuevas

La mañana se viste de colores cálidos para arropar al Pueblo de Ario de Rayón. Por las calles se ven personas que se dirigen a cultivar los campos, a emigran a la ciudad vecina para trabajar y a conseguir el sustento diario.

En las esquinas se ve el primer sorbo de energía para los trabajadores: jugos o un café caliente acompañado con un pan. se llenan de los primeros vendedores del día: la señora que vende nopalitos frescos y agiacates, el señor que vende churros de azúcar, los tacos suaves, las mesitas de fruta...



Horas después las calles se pintan de colores rojos y azules de los niños que van a las escuelas de la compañía de sus mamás; quienes después llenaran sus bolsas con los alimentos necesarios para el día.

La mañana sigue pintándose de colores vivos, las personas viven con ellos, por ellos y para ellos.


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